Bonjout Beauty nació fruto de la pasión por una piel radiante. Su producto estrella Le Balm, un sérum sólido 8 en 1 que, con sus más de sesenta ingredientes activos, ejemplifica la belleza limpia. Este sofisticado tratamiento en barra se aloja en un lujoso envase redondo con forma de “macaron” que puede rellenarse infinitamente. El tarro de aluminio hermético que mantiene la fórmula siempre en perfectas condiciones fue diseñado a medida para la marca por Quadpack.

Bonjout es una nueva marca de Nueva York que se diferencia por su enfoque minimalista del cuidado de la piel, Le Balm sin embargo dista de ser un producto simple. La empresa fundada por la farmacéutica francesa Dra. Natacha Bonjout cuenta con quince años de experiencia en el cuidado de la piel y un profundo respeto por la naturaleza. En palabras de Natacha: “Fundé Bonjout Beauty con la intención de crear productos esenciales de la forma más sostenible posible, enfocándome en el origen de los ingredientes, siguiendo los criterios más limpios en la formulación de productos y desarrollando mi precioso envase rellenable”.

Bonjout tenía muy presente la importancia del packaging. A pesar de ser una empresa de nueva creación, se aseguró de hacer hueco en su presupuesto para una solución a medida. La directora creativa, Paola Naugès, concibió el llamativo diseño del estuche en forma de macaron. Con la ayuda de Quadpack, el producto se revisó varias veces hasta lograr el diseño perfecto.

El lujoso envase encarna ahora a la perfección el relato de la historia de la marca, además de resultar sencillo, elegante e indiscutiblemente francés. Consta de una carcasa exterior de aluminio y un receptáculo interior de PP compatible con la compleja fórmula que alberga. Se trata de un producto sin agua, por lo que era primordial que el envase lo protegiese de los elementos cuando no estuviese en uso, un objetivo que se logró gracias a su diseño hermético. La guinda de este packaging denominado como ’quiet luxury’ lo aporta un lacado blanco crema mate, junto con el logotipo de la marca en bajo relieve en la tapa.

“El envase resulta muy atractivo. A sus usuarias les encanta tenerlo a la vista y llevarlo consigo como un accesorio que se convierte en parte de sus vidas. Suelen sorprenderse de que sea rellenable, ya que está integrado a la perfección”, comenta Bonjout.